09

May

2016

“Sol de Unquillo”, un proyecto interinstitucional que fomenta el desarrollo sustentable a través de la fabricación de cocinas solares

Por Fecescor

Nació en el 2007 en el marco de un proyecto escolar del IPETyM Nº 23 de Unquillo y el Ipet Nº 233 de Villa Animí. El objetivo fue implementar el uso de energías renovables para responder a diversas problemáticas de la comunidad.

El puntapié inicial que dio vida a “Sol de Unquillo”, un proyecto interinstitucional que fomentó el desarrollo sustentable a través de la fabricación de cocinas solares parabólicas en Sierras Chicas, fue la presentación a una convocatoria por subsidios de la Fundación YPF en el 2007.


Originalmente, el proyecto había sido pensado para ser ejecutado por una escuela técnica con especialidad en Electromecánica y Construcciones que iba a construir las cocinas solares destinadas al Instituto Provincial de Educación Técnica (Ipet) Nº 233 de Villa Animí
El Instituto Provincial de Educación Media y Técnica (IPEMyT) Nº 23 “Lino Enea Spilimbergo” de Unquillo, como otra de las instituciones destinatarias, iba a poner a prueba las cocinas solares y uno de los secaderos utilizándolos en la especialidad del colegio que es Industria de los Alimentos.


Tras inconvenientes en la realización por parte de la escuela técnica, el colegio de Unquillo y Villa Animí comenzaron a ejecutar el plan de forma autónoma.
Julia Tügel, profesora del IPEMyT Nº 23 y coordinadora general de “Sol de Unquillo”, explicó a revista Opción que el proyecto nació para dar respuesta a una doble necesidad que tenían en Sierras Chicas. 


Por un lado, los alumnos de la escuela técnica rural no contaban con las herramientas ni con los materiales para cumplir con el programa de mecánica y construcción de la currícula.


Por el otro, las familias de la región, que no tenían red de gas natural, cada vez se les dificultaba más costear el combustible para cocinar sus propios cultivos. Además, el hambre impactaba en el desarrollo escolar.


En ese contexto, el proyecto brindó insumos a los alumnos para que fabricaran 15 cocinas solares parabólicas, dos cocinas tipo caja y dos secaderos solares de hortalizas que luego fueron donados a familias de escasos recursos y en situación de aislamiento geográfico. 


“La última cocina fue entregada en el año 2010 a la escuela Nº 449 El Tesoro, por una delegación de 15 alumnos y 4 docentes, que se sintieron enriquecidos por la experiencia”, dijo la docente.


La iniciativa fue exitosa en la localidad y logró perdurar en el tiempo. Además de las escuelas intervinientes, también participaron docentes de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), la Municipalidad de Salsipuedes, el Jardín Rural Mariano Moreno  (Villa de los Altos), la Asociación Técnico Científica del Centro de Ingenieros de Córdoba y el Instituto Técnico Maestro Alfredo Bravo de Río Ceballos. 


Protagonistas de un cambio


La profesora destacó que la recepción de las cocinas por parte de la comunidad “fue muy buena” y la experiencia del armado en conjunto enriqueció a todos los actores involucrados.


Los beneficiarios del proyecto fueron once familias de la región, el Parque Nacional de la Quebrada del Condorito y una escuela de montaña de Catamarca.

 
En relación a los beneficios que trajo el empleo de las cocinas, algunos protagonistas destacaron que la garrafa que habitualmente utilizaban les duró hasta cuatro veces más con la alternancia de la cocina solar.


En tanto, los usuarios de leña sintieron un impacto cualitativo en cuanto a la calidad de vida. Además, la cocción de los alimentos fue más limpia puesto que se evitaba la emisión de humo y la producción de hollín.


Realidad cambiante


Luego de una década de trabajo, el proyecto se reordenó con una nueva mirada.


Tügel explicó que de la fusión del proyecto de la fabricación de cocinas solares con la cooperativa escolar que funciona dentro del IPETyM Nº 23 de Unquillo, decantó otro emprendimiento que tiene que ver con la producción sustentable de aromáticas serranas. 


Hasta el momento, se construyeron cuatro secaderos solares para los productores a través del reciclado de gabinetes de heladeras.


“En la etapa actual de producción, deshidratación y envasado de vegetales, frutos y hierbas aromáticas el trabajo con los productores agropecuarios y recolectores está recién comenzando”, dijo la profesora y agregó: “La idea es que puedan llevar su producción para que la cooperativa escolar le realice el deshidratado, los controles bromatológicos, sanitarios y el envasado en el marco de las prácticas profesionales de los alumnos de la especialidad en Alimentos”.


De esta manera, los productores dejan un porcentaje a la cooperativa por la prestación del servicio y así la cooperativa invierte esa ganancia en  mejorar las instalaciones donde llevan adelante el trabajo colectivo o se lo reparten de forma cooperativa según la labor realizada entre los actores intervinientes.


De la nueva fase del proyecto participan la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales; la Facultad de Ciencias Agropecuarias y la Facultad de Ciencias de la Información, todas de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC). El programa Prohuerta, del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta); productores y recolectores de Sierras Chicas nucleados en la Feria Agroecológica que se realiza en Río Ceballos, Unquillo y Córdoba en forma rotativa.


Tügel señaló que los productores de la zona se mostraron interesados en la iniciativa aunque reconoció como una dificultad los tiempos escolares puesto que éstos son más lentos que el de los productores.


“Los primeros siguen un objetivo educativo y toda una normativa para poder articular ciertos contenidos con aquellos que corresponden a la planificación. Los productores en cambio tienen sus tiempos ajustados por el ritmo natural de siembra, maduración y cosecha. Es algo que estamos intentando ajustar y coordinar”, sostuvo la coordinadora.


Tügel trabaja desde hace 17 años en el IPETyM Nº 23 de Unquillo. Se formó en Mecánica Electricista en la UNC y profundizó sus estudios en energías renovables. Entiende que la temática ambiental  y energética es importante porque influye directamente en la calidad de vida de las personas y a través de la toma de conciencia uno puedo generar cambios importantes. 


“A través de estos proyectos pude descubrir una forma diferente de enseñar y de relacionarme con los alumnos”, concluyó la docente.


Datos


Para conocer más sobre los emprendimientos del IPEMyT Nº 23 podés visitar el blog del colegio.


EDICIÓN IMPRESA


El texto original de este artículo fue publicado en la revista Opción Nº 179 de Fecescor.