16

Sep

2016

Una fábrica escolar que capacita y brinda salida laboral a sus alumnos

Por Lisandro Tosello

Está enclavada en el corazón del Instituto Provincial de Educación Agropecuaria N°214 (Ipea) de San Antonio de Litín. Fue inaugurada en abril de 2015 después de años de esfuerzo. Además de brindar conocimientos, contribuye a la economía regional del sudeste de la provincia de Córdoba.

“Me siento honrado y orgulloso por la formación que nos da la escuela”, con esas palabras, Santiago Barbero, alumno de séptimo año del Instituto Provincial de Educación Agropecuaria N° 214 “Manuel Belgrano” (Ipea), de San Antonio de Litín, una localidad ubicada en el departamento Unión, en el sudeste de la provincia de Córdoba, resume los sentimientos que tiene sobre la formación adquirida durante sus pasos por la institución.


El Ipea N° 214 cuenta con una vasta formación orientada a la producción agropecuaria desde el inicio de sus actividades en 1973.


Gustavo Righero, licenciado en Administración Rural y director del establecimiento desde 2012, contó a revista Opción que los alumnos realizan distintas actividades formativas durante su paso por la institución.


Detalló que en la actualidad las mismas se dividen en dos grandes etapas. Por un lado, se encuentra el ciclo básico, donde los alumnos adquieren conocimientos  vinculados a la huerta, el vivero, la lombricultura, la cría de pollos parrilleros, la apicultura, los frutales, el invernadero, la cunicultura y la elaboración de escabeches, mermeladas y dulces.


Por el otro, el ciclo orientado, donde los estudiantes de los cursos más avanzados adquieren herramientas y conocimientos vinculados a la producción animal y vegetal, la cría y  el engorde del ganado vacuno, el tambo y la industrialización de distintos productos, como son quesos, dulce de leche, ensachetado de leche y yogurt, entre otras.


En ese contexto, en abril de 2015 el Ipea logró inaugurar -después de años de esfuerzo- una planta láctea. La misma está situada dentro del ejido de la institución, en un predio de más de 18 hectáreas, donde está el edificio escolar y los diferentes galpones y corrales para desarrollar las prácticas.


La actividad pionera de la escuela fue el tambo, que se remonta a 1980. Con el paso de los años, la actividad fue creciendo y se fue complejizando. Actualmente, hay 30 vacas en ordeño, lo que representa 1020 litros de leche por día que se utilizan en la fábrica para producir multiplicidad de alimentos.


“El proyecto de la sala de ensachetado de leche y yogurt, elaboración de quesos y dulce de leche surgió en 2010 con fondos genuinos y el apoyo de la Municipalidad”, explicó Righero y agregó: “A partir de 2012 se gestionó un subsidio en la Subsecretaría de Lechería de la Nación y se presentó el proyecto a la Dirección General de Educación Técnica del Ministerio de Educación de la provincia de Córdoba. En 2015 inauguramos la planta tras años de esfuerzo y con el apoyo de distintos sectores”.


Producción, control y circulación


La propuesta educativa del Ipea Nº 214 no sólo tiene importancia a nivel académico, sino que se consolida como una salida laboral tangible, lo que contribuye a la economía regional de San Antonio de Litín y zona de influencia.


Son los alumnos de séptimo año, quienes junto a docentes, maestros de enseñanza práctica y personal de la institución trabajan durante todo el año en el tambo y la planta láctea.


Durante todo ese año, los jóvenes reciben e identifican la materia prima apta para el procesamiento; operan el equipamiento necesario para la industrialización con las normas de seguridad  e higiene vigentes; realizan los controles pertinentes de los diferentes productos lácteos que elaboran y la posterior circulación de los mismos en la comunidad y región.


“En este momento estamos priorizando la elaboración de queso sardo porque es uno de los productos que más se venden en nuestra localidad”, detalló el estudiante Barbero, quien valoró el  “tiempo extra” que los profesores les dedican en todo este proceso de aprendizaje.


Para Matías Romero, un exalumno del Ipea, haber participado del emprendimiento “fue una experiencia muy linda e importante  por todos los conocimientos que adquirió durante su paso por la escuela”. 


El joven indicó a revista Opción que lo aprendido le sirvió para desempeñarse en el mercado laboral y valoró que la formación del Ipea les permite a los egresados insertarse en el mercado laboral de forma orgánica si no pueden continuar con estudios terciarios o universitarios. 


Apoyo 


La comunidad de San Antonio de Litín apoyó desde sus orígenes el emprendimiento encarado por el Ipea Nº 214. Saben que adquiere relevancia como proyecto didáctico productivo dentro de la escuela y posibilita el movimiento de las economías regionales con la venta de los alimentos que producen, los cuales son elaborados con materia prima de primera calidad.


“Los vecinos consumen los productos y están muy conformes con lo que se produce en la escuela”, reforzó el director y detalló: “Los habitantes de San Antonio de Litín y zona de influencia adquieren los productos en distintos comercios y también se acercan al establecimiento”.


Con el dinero obtenido, Righero sostuvo que esa ganancia vuelve al colegio y se invierte en el mismo para mejorar los diferentes espacios donde los alumnos llevan a cabo sus prácticas de estudio.


+ INFO


El Ipea Nº 214 tiene una matrícula de 186 alumnos. El 70 por ciento proviene de la localidad, en tanto el 30 por ciento restante  viene de colonias rurales vecinas. 


Para conocer más sobre los emprendimientos que llevan a cabo en el Ipea Nº 214 de San Antonio de Litín podés visitar su fanpage en Facebook a través del siguiente link: http://bit.ly/2aNykcz


EDICIÓN IMPRESA


El texto original de este artículo fue publicado en la revista Opción Nº 181 de Fecescor.