01

Sep

2015

Conocé la tarea de “Vaquita Solidaria”, un grupo de amigos que ayuda desinteresadamente al prójimo

Por Lisandro Tosello

Desde hace cuatro años, este conjunto de personas realizan mensualmente donaciones de leche en polvo al Banco de Alimentos de Córdoba. El aporte sirve para asistir a más de 180 comedores y merenderos de la ciudad. El 60% de la población son niños en edad escolar.

“Gracias por ayudarnos a ayudar”, es una de las frases que más se repiten en el muro de Facebook de la “Vaquita Solidaria”, un grupo de amigos que tomó la decisión de ayudar al otro. Con el paso del tiempo, ese primer granito de arena logró perdurar en el tiempo y confluir en una gran red de trabajo social y colectivo.

Un artículo publicado en la revista “La Luciérnaga” sobre el funcionamiento de la Fundación Banco de Alimentos de Córdoba fue uno de los disparadores para tomar cartas en el asunto.


“Desde la institución Casa de Familia había cierto interés en colaborar en actividades solidarias”, contó a revista Opción Sergio Apfelbaum, psiquiatra y uno de los referentes de este grupo, quien agregó: “Nosotros pensamos originalmente en armar una red porque lo que no queríamos era hacer sólo una donación puntal al banco. Por el contrario, queríamos que sea una tarea que se mantenga en el tiempo, que perdure”.


El Banco de Alimentos de Córdoba recibe la donación de alimentos no perecederos de distintas manos solidarias, los almacena y luego los redistribuye a centros asistenciales debidamente acreditados. Esto permite que la Fundación tenga un control y audite el destino y forma de entrega de los alimentos a los beneficiarios finales.


Actualmente la organización asiste a más de 180 comedores y merenderos de la ciudad, lo que representa que 20 mil personas se alimenten gracias al aporte desinteresado y solidario de manos anónimas como es el caso de “Vaquita Solidaria”. El 60% de esa población son niños en edad escolar.

 
Punto de partida


“Vaquita Solidaria” nació en marzo de 2011. La idea fue trabajada y compartida desde la institución Casa de Familia, que nuclea a distintos profesionales en el área de salud mental. “Se habló de un proyecto de responsabilidad social de la institución. Hubo personas que se engancharon y así empezamos a dar nuestros primeros pasos”, sostuvo Apfelbaum y añadió: “Después se compartió con familiares, amigos. Mi papá llevó la iniciativa a su grupo de amigos del truco y la labor se fue multiplicando y se fueron armando distintos nodos de red”.


El boca a boca cumplió un rol importante, al igual que la red social Facebook.  “Gracias al trabajo de una colega, la página permitió que muchas personas se conecten con nosotros y se creen nuevos nodos de red”.


-¿Cómo es la logística de trabajo que emplean?


-Durante todo el mes nosotros juntamos la donación de leche en polvo. Las personas acercan su colaboración a los distintos nodos de red o pasan por el consultorio. A fin de mes nosotros nos ocupamos de llamar a la Fundación Banco de Alimentos de Córdoba y luego ellos son los encargados de pasar a retirar las donaciones. Se nos entrega un recibo de todo lo que se recaudó a través de “Vaquita Solidaria” y después nosotros publicamos  ese comprobante en Facebook junto a unas palabras de agradecimiento para las personas que colaboraron e hicieron donaciones. 


Mensualmente, el grupo logra aportar entre 40 y 50 kilos de leche en polvo al Banco de Alimentos. Algunos meses, suelen hacer campañas de difusión en conjunto con otras instituciones. La última fue de la mano de la escuela Juan Zorrilla de San Martín y logró duplicar la donación mensual.


Si bien no tienen ninguna ayuda del Estado, los integrantes de esta gran red de trabajo solidario “están abiertos a tratar de generar propuestas en distintos ámbitos si se dan nuevas campañas”, resaltó el hombre.


-¿Qué te motivó a formar parte de este proyecto?


-Me motivo participar en una actividad que sea sostenida en el tiempo. Un compromiso de ayuda que perdure. En mi casa Laura, mi esposa, quien también es referente de “Vaquita Solidaria” tiene un alma muy generosa.


Yo tenía la idea de que una ayuda puntal no servía, que era un grano de arena que se perdía en el desierto. La experiencia me demostró que toda colaboración ayuda y que eso que yo pensaba era un prejuicio mío porque la red se ha mantenido a lo largo de todo este tiempo con un aporte mensual. 


-¿Qué le dirías a las personas para que se sumen a esta iniciativa?


-Cuando nosotros arrancamos con este proyecto sabíamos que la idea de red tiene la posibilidad de activarse a través del vínculo de las personas próximas. Durante todo este tiempo, la experiencia nos mostró que hay muchas personas que están dispuestas a colaborar y que si se les da el espacio, se suman. El rol de las redes sociales también fue importante. Por intermedio de Facebook muchas personas se contactaron con nosotros y se empezó a extender.


Nosotros estamos agradecidos porque la gente se acerca y participa. Si bien todo se originó desde una inquietud puntal desde Casa de Familia, “Vaquita Solidaria” les pertenece a todos los que aportan su granito de arena para que el proyecto funcione, independientemente del lugar dónde estén.



Cómo colaborar


Las personas que estén interesadas en sumarse a la iniciativa de “Vaquita Solidaria” pueden ponerse en contacto a través de la Fanpage en Facebook del grupo solidario o acercarse a Mariano Fragueiro 354 donde funciona Casa de Familia.


También pueden visitar la página del Banco de Alimentos, y ahondar en la tarea de esta fundación social.


EDICIÓN IMPRESA


El texto original de este artículo fue publicado en la revista Opción Nº 176 de Fecescor